Néctar de los dioses, consuelo de los mortales, el vino es un maravilloso brebaje que tiene el poder de alejar las preocupaciones y darnos, aunque sea por un instante, la visión del Paraíso. No se puede negar el poder afrodisíaco del vino: en cantidad moderada dilata los vasos sanguíneos, llevando más sangre a los genitales y prolongando la erección, desinhibe, relaja y alegra, tres requisitos fundamentales para una buena ejecución, no solo en la cama, también en el piano. En mi lejana juventud
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creía que los vinos blancos se servían de día y los tintos de noche